martes, 29 de noviembre de 2011

¡Lomography en La Librería!

La Librería os presenta sus productos más extravagantes: las cámaras lomográficas.


Cada vez hay más adeptos a estas pequeñas cámaras analógicas de origen ruso, con un lema muy sencillo en sus estandartes: “¡No pienses, dispara!”. Ofrecen algo alternativo a la fotografía digital y su búsqueda de la perfección, con una opción más fresca, desenfadada e imperfecta.
La historia sobre sus orígenes roza la leyenda, pero nos la resume Álvaro Argote, en una entrevista al fotógrafo y embajador de Lomography, Pasqual Caprile, publicada en El Mundo.

“Hoy por hoy, se desconoce quién inventó la máquina con exactitud. Según un mito, la cámara Lomo es un invento soviético de plena guerra fría ideado para los espías de la KGB que la usaban para capturar planos secretos y armas, y según este mismo mito, estas cámaras fueron plagiadas de un modelo japonés llamado 'Minox' con la cualidad de fotografiar a oscuras, por lo que era ideal para el espionaje.
A principios de los 90, se inicia el movimiento cultural lomográfico cuando dos estudiantes austriacos hallaron en un lugar recóndito de las calles de San Petersburgo una 'Lomo Compakt Automat', una pequeña y misteriosa cámara rusa que captaba unas imágenes desenfocadas de colores intensos y saturados, enmarcadas por viñetas. Fascinados por las cualidades de este artilugio se trasladaron a la fábrica Unión de Ópticos y Mecánicos de Leningrado (el actual San Petersburgo), donde cerraron un contrato para la distribución mundial de esa cámara. Llega 1996 y la fábrica detiene la fabricación de la 'L-CA' por motivos económicos.
Los estudiantes comenzaron a movilizarse y consiguieron concertar un encuentro con el vicealcalde de San Petersburgo. Este hombre resultó llamarse Vladimir Putin, quién era un acérrimo seguidor de las 'L-CA'. Tras intensas reuniones, y a instancias del propio Putin, se garantizó la continuidad en la producción de la cámara. Fue por poco tiempo, la aventura lomográfica en la legendaria fábrica se prolongó hasta 2005, año en el que cerró definitivamente y la comunidad lomográfica tuvo que adquirir las patentes para construir y distribuir sus propias cámaras, respetando los diseños y piezas originales.”

Pero no todo queda en las clásicas L-CA o Lubitel… Hay que sumar la Diana de 120mm; su hermana pequeña de 35mm, Diana Mini; la divertida Sardina, con un nombre tan acertado a su forma; la videocámara Lomokino... Sólo tienes que acercarte a La Librería y descubrir cada uno de los modelos con su correspondiente peculiaridad.


Compilación de videos filmados con una Lomokino.

nota: Fotografía de Litleandi

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